Tenemos muy claro cuáles son los aspectos más negativos de un conflicto: discusión, enfrentamiento, ira, insultos, falta de respeto….
La pregunta es ¿qué crees que hay de positivo en un conflicto? Toca reflexionar antes de seguir leyendo porque tu respuesta es la que te vale y no otra.
Encontrar qué nos motiva a la hora de gestionar el conflicto es la llave para seguir aprendiendo de él. Si solo nos detenemos en los aspectos más negativos, ¿para qué enfrentarnos una y otra vez a ello? ¿Qué motivación encuentro? Probablemente ninguna y la salida habitual sea evitar gestionar cada situación de conflicto, huir de ellos, escapar, mirar para otro lado, el mal entendido “ceder”.
Algún post he escrito sobre la postura de evitación del conflicto, ceder sistemáticamente no es gestionar, es terminar el conflicto sin resolver. No discutir, no ahondar en los motivos de mi postura y de la del otro es una forma de pasar por encima de situaciones sin desenmascararlas, evitar la confrontación lo único que logra en acrecentar la falta de entendimiento, el hilo se enmaraña, el canal se ensucia más. ¿Qué hay de positivo en ello? ¿Qué logramos? ¿Por qué consideramos el arte de discutir como una amenaza? ¿Creemos que nuestra postura, nuestro argumento, puede caer y arrastrarnos con él? ¿Nuestra seguridad depende de la fortaleza del argumento? ¿Qué puede pasar si, al escuchar al otro, descubro un punto de vista diferente con el que construir mi nuevo argumento?
Con estas preguntas podemos ir dilucidado cada uno de nosotros qué aspectos positivos puedo encontrar en un conflicto. A mí me gustaría compartir los siguientes:
Descubrir puntos de vista diferentes: ampliar la mirada de mi campo de percepción, si me coloco en otro ángulo, mi realidad se expande y puedo elegir dónde dirijo mi foco de atención sin perder de vista otras posibilidades en el camino.
Empatizo: y esto no quiere decir exclusivamente que comprenda el punto de vista de la persona que tengo enfrente, que también. No olvidemos que la empatía real parte de una premisa para mí incuestionable: la auto-empatía. Gracias a un conflicto, puedo ahondar en mis necesidades reales, discriminar la que me entorpece, descubrir mi verdadera prioridad, ejercito el auto-conocimiento, la auto-comprensión y ahora sé cómo comprender al otro.
Aprendo a comunicarme como yo quiero exactamente, para decir aquello que quiero que escuches: cuántas veces nos encontramos hablando en términos de “clichés” estereotipados sin detenerme a pensar que lo que digo lo creo o no de verdad. Comunicarme con el otro es un ejercicio brutal que me exige pensar realmente lo que yo quiero decir y con qué objetivo lo digo. Si ataco verbalmente, ironizo, enjuicio, algo a veces inevitable cuando las emociones están desbordadas, es necesario que reflexione para qué lo hago, para ganar o para resolver la discordia. Una vez lo tenga claro, elijo lo que quiero en cada momento aceptando las consecuencias de cada acto. Ganar es imponer y acabar el conflicto, no resolver. Perder es ceder y terminarlo del mismo modo, tampoco es resolver. Sólo yo elijo lo que deseo en cada momento, quizás haya circunstancias que justifiquen mi actuar y no por ello es una opción equivocada. Lo esencial es darse cuenta de para qué hago lo que hago.
Creo: cada situación es un desafío, el proceso es único y diferente a cualquier otro aunque el conflicto sea con la misma persona y por el mismo aparente motivo. No olvidemos que el ángulo de visión puede cambiar, la carga de mi mochila puede haber variado de ayer a hoy y que mis emociones son diferentes casi con total seguridad. Descubrir qué escondo, qué esconde el otro, para resolver es vital, no hay que dar nada por hecho y aunque ayer solucionáramos la situación de un modo determinado, no es obligatorio que hoy sea de la misma forma si algo es diferente. La creatividad es parte del proceso y dejar volar nuestra intuición a la hora de buscar opciones de solución, de forma fresca, única, nueva, enriquece la relación y favorece que se desarrolle la capacidad creativa para la próxima ocasión.
Con estos breves aspectos positivos comentados y con todos los que hayas descubierto por ti mismo ¿te sientes más motivado para aprender a gestionar un conflicto?
(Fuente: https://planilandiablog.wordpress.com)